1903: El Espacio Urbano Del Cine. Segunda Parte
Resumen del Libro
El porfirismo dejó una huella imborrable en el nacimiento del México moderno. Se trató del más largo periodo presidencial vivido por el país desde que se constituyó como nación independiente. Inició como un intento republicano por sentar las bases del cambio y el progreso: Poca política y mucha administración llevaron a los artífices del régimen a fomentar una serie de estrategias para alcanzar la modernidad luego de más de siete décadas de luchas intestinas, invasiones y mutilaciones. El México rural se abrió a un proceso de integración de mercados, auspiciado por los ferrocarriles y la abolición de las alcabalas, pero mantuvo el peonaje por deudas en las haciendas, y la aplicación de las leyes de Reforma favoreció una nueva concentración de la propiedad territorial. Las inversiones extranjeras expandieron la red ferroviaria, transformaron la explotación minera y petrolera, multiplicaron la siderurgia, introdujeron la electricidad, el telégrafo, el teléfono, los motores industriales y los automóviles. A la vuelta del siglo, las capitales de la república acogieron las normas de higiene y salubridad de los países europeos e imitaron sus patrones arquitectónicos. La Ciudad de México realizó importantes obras de saneamiento, introdujo el sistema de alcantarillado, drenaje y desagüe, pavimentó sus calles e instaló el alumbrado público, electrificó sus tranvías, abrió modernos trazos viales y elegantes colonias, y se convirtió en una urbe cosmopolita. Entre las tantas novedades que había en la metrópoli estaba el cinematógrafo. En esta entrega de los Anales del cine en México, 1895-1911, Juan Felipe Leal va mucho más allá de entender y explicar el primer cine que surgió en el país. Logra integrar un escenario preciso del entorno de la Ciudad de México, de sus usos y costumbres, que hicieron de la capital al inicio del siglo XX un espacio urbano moderno, por demás representativo del apogeo porfirista.