Ciclo
Resumen del Libro
Juansonrisa y Primancianita, en su delirio alcohólico, han concebido dos hijos imaginarios que a veces son pequeños y en ocasiones adultos y adolescentes, según hierve la fantasía de los protagonistas, quienes tratan de reflejar en los espejos del drama su propio conocimiento y, al mismo tiempo, su propia ignorancia de sí mismos. Padres e hijos ilusorios hacen teatro casero penetrando en sus interiores desgarrados por infinidad de engaños que van develando a través de sus múltiples improvisaciones en las que se convierten en los más aberrantes seres de Hemoficción. Cada papel que interpretan descorre una capa de la cebolla emocional que recubre infinitamente la psique de los actores que en realidad son doblajeros. Primancianita y Juansonrisa son padres de un niño enfermo que se va haciendo polvo. ¿Por qué? Castigo de Dios. Un hombre, desde luego también llamado Juansonrisa, acepta de buen grado ser contagiado de sífilis para poder abstenerse sexualmente y así mantener la imagen de decencia. ¿Por qué? Dios así lo ha pedido. Primancianita desea olvidar a sus hijos imaginarios y dar a luz a un bebé verdadero. ¿Por qué? Dios desea convertirla en madre responsable, horror. Juansonrisa prefiere convertirse en asesino antes que en padre. Ambos, marido y mujer, permanecen unidos en soledad borracha, abortando una vez más lo imaginario. Juansonrisa asiste a una exposición de pintura de Hemoficción. ¿Por qué? Dios desea que imite su poder mimético. Así, en este sinfín que entra y sale de las imitaciones que llevan a acabo estos cuatro personajes llenos de crueldad las obras descomponen y recomponen universos que de tanta imaginación devienen en amargas verdades que rozan el ser del lector. Primancianita en su papel de madre se hace víctima del asesino Juansonrisa. Pero Juansonrisa no sólo es esposo homicida, también actúa como adúltero. Los dos Siameses se hacen presentes en su impresencia, pues no desean salir del juego de Hemoficción.