La Cocina Masónica
Resumen del Libro
El lector, masón o profano, se preguntará hasta que punto se puede hablar con propiedad de la ‘cocina masónica’, así que primero vamos a explicar a vuela pluma qué es la cocina y luego pasaremos a hablar de la masonería realmente. También veremos como el oficio de cocinero ha sido a lo largo de la Historia del hombre una de las artes más valoradas por las sociedades cultas, y explicaremos algunas de las enseñanzas que todo buen artesano de los fogones debe conocer para ser un ‘cocinero masónico’. Decía el gran Curnonsky que la cocina había sido el primer elemento diferenciador entre el hombre racional y el resto de los animales y Brillat Savarin, en su segundo aforismo, apostillaba la misma idea: Los animales pastan, el hombre come, sólo el hombre de talento sabe comer . Estas afirmaciones, más humorísticas que filosóficas, tienen cierto sentido por ejemplo en la caza, donde el hombre ha desarrollado diferentes técnicas para superar sus limitaciones físicas y poder equipararse a otras especies. Evolución natural que se aprecia en otros animales, mientras que el empleo de la cocina es algo exclusivamente racional, es decir, humano. El hombre no necesitaba asar la carne para alimentarse, ni condimentarla con sal ni especias para poder digerirla pero, a través de este proceso, lograba transformar un solomillo de ciervo sanguinolento y difícil de masticar en un delicioso y tierno bocado que colmaba sus sentidos, convirtiendo la nutrición en un placer sensual. Así, siguiendo el tono de tertulia y hablando profanamente, podemos afirmar que cuando el hombre recibió la luz del pensamiento, una de las primeras cosas que hizo fue cocinar, luego quizás empezó a preocuparse por lo que no alcanzaba a comprender y lo asoció a fuerzas superiores que pronto llamó Dios (o dioses) y a partir de ahí, casi desde su origen, la cocina ha tenido un indiscutible carácter mágico, superior y divino.