La Grandeza Del Alma
Resumen del Libro

Este libro hist rico puede tener errores numerosos, falta texto, im genes, o un ndice. Los compradores pueden descargar una copia gratuita escaneadas del libro original (sin errores) de la editorial. No se muestra. 1776. Extracto: … CAPITULO VIII. DE LOS DOLORES. NO intento circunstanciar aqui las calamidades que por todas partes nos envisten. Cada uno sabe, y aun siente, que la vida del hombre no es mas que una succesion continua de dolores. Estos comienzan desde el nacimiento, se aumentan con los dias, y no finalizan sino en la muerte. Podr a decirse que la naturaleza nos ha dado los ojos tanto para llorar como para ver. Qu fuentes de lagrimas corren por el mundo! Y qu medio para agotarlas! Yo estoi seguro que ahora mismo no hai Ciudad alguna donde no haya llanto y gemidos. Parece que todas las criaturas se han armado contra nosotros: los elementos nos molestan con su destemplanza, los brutos con su ferocidad, los inse&os con sus picadas, y las hierbas con sus ponzo as: hasta la rosa tiene espinas para punzarnos, y hasta el hombre se arma contra el hombre para causarle dolores, y destruirle. Luego debemos padecer, y ya sea con males imaginarios, ya sea con males verdaderos, debemos pagar el tributo de nuestra fragilidad. En vano vienen en nuestro socorrelos remedios: muchas veces nos afligen mas ellos que los males que sufrimos: de suerte que si el alma no es firme, y valerosa sa decaemos seguramente. Sola ella con la ayuda de Dios, nos hace olvidar, en el regazo de la verdad, el exceso de nuestras miserias. Los Estoicos, que no tenian el socorro de nuestra Religion, y que se confiaban totalmente de su amor proprio, eran embusteros quando exageraban su insensibilidad. Solo el S r supremo que nos da el castigo, puede enviarnos el consuelo. S que, en algun modo, se suele hacer costumbre del dolor, y que con la fuerza de la imaginacion se consigue disminuirle y casi olvidarle, pero esto no es mas que un adormecimien…