Paulina Y El Príncipe Del Viento
Resumen del Libro

A Paulina cada día se le antoja algo distinto: los lunes, un barco de vapor que además pueda volar, los martes, un lapicero que escriba letras doradas, los miércoles, un cocodrilo que coma tarta de manzana… Pero suele pensárselo mucho antes de pedir un deseo, aunque quien vive tantas aventuras como ella tiene derecho a confundirse de vez en cuando. Además, a Paulina le encanta contar historias. Eso lo sabe muy bien su vecino, a quien le regala una en cada visita a cambio de caramelos, chocolate o fruta. Él las ordena bien en su cabeza y las pone por escrito, «tal y como corresponde a las historias para niños: es decir, con el principio al principio y con el final, pues al final del todo».