Sobre El Hombro Herido Del Mundo
Resumen del Libro
La poesía no tiene precio, es irrepetible, y no tiene fin. Está ahí, todos los días: cuando miramos las cosas y nos asombramos, cuando queremos salvar del olvido retazos de nuestra historia, la personal y la colectiva. Así comienza esta aventura, la de intentar escribir la vida en poemas, allá por el año 2005, cuando se celebraba el centenario de la inmortal obra cervantina. La autora entra, casi sin darse cuenta, en el bosque de las palabras donde éstas se saltan el muro de la cordura y rebuscan en la niebla del tiempo, por los entresijos de lo misterioso. Como podemos percibir a través de una lectura meditada de los poemas que integran Sobre el hombro herido del mundo, la infancia y adolescencia siempre se van colando –en la poesía auténtica, y es algo bien sabido– por un lugar secreto, hacia donde se guardan esas emociones en las que palpita lo verdadero, frente a lo efímero e insustancial, y allí moran, clavadas en las entrañas de los poetas. Ahí es donde cada uno de ellos indaga como un niño que mete la mano en su bolsillo para cerciorarse de que aún está con él su objeto preferido: algo único, especial, inmenso, asombroso… La literatura les hace receptivos a los conflictos de este mundo maravilloso y a la vez trágico, y quien siente la poesía no puede, ni debe, permanecer ajeno a ellos. Tampoco quiere hundirse en la melancolía de aquel que ni se compromete, ni denuncia (recordemos a Gabriel Celaya). De ahí que estos poemas sean producto de una forma especial de mirar. Cada mirada tiene su propia voz. En cada uno de los poemas la autora ha dado voz al silencio de seres y situaciones que navegan en la sombra y ha buceado en la problemática del ser humano con el deseo de que todos nos encontremos en el abrazo de las palabras